Reflexiones alpinas sobre la existencia del hielo.

Como ya he escribí el otro día estuvimos en Izas y escalamos la Ruta Jacobea y como íbamos sin prisas y las reuniones están equipadas le dimos unas vueltas al coco, el resultado:

Tras mucho pensar llegamos a interpretar un largo de hielo como un polvo... y una cascadita como una noche de ferviente pasión ¡Que no va a ser todo trepar! Se podría decir que cuando escalas un largo de hielo, sobre todo de primero, uno como poco, goza sobre todo cuando mete un tornillo con ese hielo tan bueno a veces o peor otras. Cuando lo has puesto te relajas y piensas en los siguientes metros y en como se te van a poner los brazos. Empiezas a escalar después de chapar y entonces es cuando la adrenalina recorre todo tu cuerpo, te excitas y pegas un grito del rollo de cuando alcanzas la reunión de esa vía deportiva tan codiciada para ti y finalmente llegas a la reunión, la montas y mientras tu colega sube te fumas ese cigarrito a "solysombra" que te relaja y devuelve a la realidad. Esto repetido sucesivamente es una cascada que cuanto más larga mejor al igual que una noche de desenfreno con la mujer, novia, amiga...
Pero por norma general si tienes mi edad(18) y te gusta el monte más que a un tonto un caramelo, es decir, que no entras en casa pues es como el hielo que va a temporadas dependiendo de las circunstancias... Me explico con 18 años eso de tener una novia formal no es lo más normal, además aparte de no entrar en casa te pasas el 80% de tu tiempo libre entrenando o haciendo compañía a los sarrio y el 10% restante "estudiando" (léase estudiar y hacer dominadas en la multipresa de tu habitación a escondidas para que tu madre no se entere) pues un tiempo tienes cascadas y "cascadas" pero después viene la frase: "Búscate la vida chaval que yo quiero estar contigo no con el monte"(desgraciadamente no conozco a ninguna chica que ronde esta edad y que ya no que le guste trepar, sino el monte en general Este es precio que hay que pagar por tener un amante a la que llaman "montaña" Y como la cabra tira al monte pues acabas pensando que me quieten lo bailado que yo me voy a escalar. ¡ Ah perra vida!

Claro que esto te pasa hasta que encuentras a esa chica o chico que tiene paciencia por un lado y por otro te hace entrar en algo que llaman razones y empiezas a repartir tu tiempo, no escalas todo lo que quieres pero disfrutas por otro lado y por lo menos un tornillo lo metes seguro además de egercitar el bidedo del amor... En definitiva hay tiempo para todo y no hay que dejar pasar a alguien que te puede hacer igual de feliz que una cascadita, yo he aprendido.